Él nos recuerda que todo lo humano, el trabajo, la familia, la juventud, los problemas, todo, ha quedado traspasado por la divinidad de Jesús, y por lo tanto nos invita a mirar con otros ojos, con los ojos de la misericordia, del perdón, de la sinceridad y del don todo cuanto acontece. Mirándolo a Él aparece nuestra vida como una gran posibilidad para dar, para darse, y para comprendernos como hermanos e hijos de un mismo Dios y Padre.
(Tomado Homilía de Navidad 2007. Fernando Chomali G., Obispo Auxiliar de Santiago)
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