La mística tiene una posición en el nervio de las cosas, en el núcleo, es decir, en la vida interior del hombre. Y el hombre interior es el único que puede seguir creyendo en la posibilidad de hacer utopías, es lo que Robert Musil llamaba el sentido de la posibilidad. Los místicos pueden poner de lado todo aquello que molesta, que distorsiona y así disponer de la libertad de hacer posible lo que no es posible, de abrir la puerta a la utopía. La mística es la filosofía de la libertad.
Hombres llamados por el Padre a seguir a Cristo como una familia sobrenatural dedicada a la oración, a la contemplación del Misterio del Sagrado Corazón de Jesús y a compartir la vida a la luz de los Consejos Evangélicos de pobreza, castidad y obediencia en medio de los mas pobres de la Ciudad.
3 dic 2009
La mística
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Excelente.
ResponderEliminarGracias por descubrir para nosotros este autor.
Saludos en Cristo.